domingo, 30 de septiembre de 2018



(Via El Nuevo Día) Daddy Yankee y Cosculluela enfrentan una demanda en el foro federal por la alegada apropiación de la canción “A donde voy”, un éxito del cual, de acuerdo con los demandantes, los famosos reggaetoneros se atribuyeron falsamente su autoría.De acuerdo con el pliego acusatorio, Christian Astacio Roja y Juan Rodríguez Márquez compusieron el tema “A donde voy”, el cual grabaron en 1994 y fue incluido en la producción discográfica titulada “MC Non Stop Reggae Vol 1.” Utilizaban el nombre artístico BMG.
De acuerdo con la querella, para ese entonces Daddy Yankee conocía tanto a Astacio Roja como a Rodríguez Márquez y sabía que ellos eran los autores del tema en disputa. Los demandantes alegan que en esos tiempos su versión de “A donde voy” vendió sobre 100 mil copias.
En el 2016, Daddy Yankee y Cosculluela unieron sus voces para grabar la canción, la cual fue incluida en el disco compacto “Blanco Perla” de Cosculluela

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Lo que no viste en la entrevista de J Balvin y Bad Bunny en Complex | Planeta R Podcast EP15


En este episodio hablamos de los puntos importantes y otras cosas que no se vieron en la entrevista

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sábado, 29 de septiembre de 2018

Ozuna se estrena como actor en “Que León” (Mira el trailer)



Del Reggaeton al cine, Ozuna se estrenará como actor en la película “Que León” con el personaje Jose Miguel.

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Bad Bunny habla del momento en el que se alejó de las redes “Tenia que sanar heridas

En una reciente entrevista con “Un Nuevo Día” Bad Bunny habló de su presentación en el show de Jimmy Fallon y sobre el momento que abandonó las redes por 1 mes.

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Entrevistamos a We Are Scientists



We Are Scientists tienen nuevo disco. La pasada primavera llegaba Megaplex, sexto trabajo de la banda neoyorquina liderada por Keith Murray y Chris Cain.
Megaplex ha sido grabado en el estudio de sus amigos Ash, con quienes les une una relación desde hace casi 10 años grabaran un tema juntos. Hablamos con Chris Cain sobre el regreso de We Are Scientists, de su proceso compositivo, influencias y el importante papel de la tecnología en el futuro de la música.
Lleváis casi dos décadas años en activo ¿Cómo veis vuestra carrera en perspectiva?
¡Demasiado corta, como a la mitad! Vamos a por los cuarenta años en activo. A los cuarenta, se nos permite pensarlo de nuevo y probablemente, decidiremos continuar.
Megaplex llega dos años después de Helter Seltzer ¿en qué ha cambiado la banda desde entonces?
Somos mayores, somos más sabios, estamos más en forma, somos más inteligentes, más altos (!), más ricos, y nuestro catálogo tiene diez canciones más (risas). También hemos empezado a usar el ordenador para componer y ha sido genial. Te das cuenta que tienes a tu disposición todo tipo de sonidos locos, la mayoría de los cuales tenemos la intención de usar.

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Miles Kane – Coup De Grace (EMI) 




Después del segundo capítulo al frente de The Last Shadow Puppets es hora de que sus dos cabezas visibles vuelvan al redil. Por un lado, Alex Turner con sus Arctic Monkeys sintiendo el influjo de su proyecto paralelo y aplicándolo en el discutido Tranquility Base And Hotel + Casino y por el otro, su amigo Miles Kane, quien reactiva su carrera en solitario con su ya tercera obra, en la que deja a un lado el poso de éstos y para nuestra decepción, vuelve a apostar por vampirizar los tics del pop británico de las cuatro últimas décadas.
Tras enterrar a los discretos The Rascals, Kane sorprendió con la frescura de un debut como Colour Of The Trap (2001) al que siguió el también digno Don’t Forget Who You Are (2013)  en el que expandía virtudes de la mano de The Jam, Elvis Costello, Oasis, The Beatles The Kinks. Un lustro más tarde retoma esa senda revisionista en Coup De Grace, varios peldaños por debajo de sus antecesores; quizá lastrado por la nula capacidad de sorpresa y riesgo o simplemente, por mera comparación.
Algo parece no terminar de cuajar en este álbum en el que Miles Kane se hace acompañar de Jamie T como coautor de la mayoría de los temas, además del productor John Congleton (St. Vincent, Swans). Quizá esperábamos que aprovechando el impulso de su amigo Turner, diera el espaldarazo definitivo a su carrera acercándose a las cuotas de notoriedad que se le suponen, pero de momento tendremos que conformarnos con un disco tan amable y disfrutable, como disperso y poco perdurable.
El querer sonar a una cosa en cada canción sin terminar de conformar una identidad propia, resta fuerza a un conjunto que adolece de falta de solidez, a pesar de contar con momentos destacables como el arranque espídico de “Too Little Too Late”, el devaneo glam a lo T. Rex de “Cry On My Guitar”, las bases hiphoperas de una “Loaded” con la presencia testimonial de Lana del Rey, la balada post britpop de “Killing the Joke“, la stoniana “Wrong Side Of Life” o el soul negroide de “Coup De Grace”.
¿A la cuarta irá la vencida? Esperemos que sí.
Escucha Miles Kane – Coup De Grace

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viernes, 28 de septiembre de 2018


Recordando Editorial Fundamentos (Colección Espiral)


Siempre se cuenta la siguiente anécdota y es que cuando se lanzaba la típica pregunta en la España de los 80 y los 90 acerca de que grado de conocimiento se poseía del idioma inglés, la respuesta de la gente solía ser asiduamente: “Nivel Medio”.
Dentro del rock y para ayudarnos a comprender con mayor exactitud a los astros internacionales y lo que expresaron en sus letras, la madrileña Editorial Fundamentos nos ofertó, dentro de su vasto catálogo, su Colección “Espiral” en su muy concreto apartado de “Canciones”.
Fundada dicha factoría en 1970, “para dar a conocer determinadas corrientes de pensamiento crítico positivo que el régimen franquista silenciaba y perseguía”, según su propia autodefinición, se ha de matizar que aquel área tan específica de las traducciones de canciones abarcó desde 1981 hasta 2003, aproximadamente. Una franja temporal en la cual se lanzaron 100 obras, la casi totalidad de las mismas de trasvase inglés-castellano y siempre acerca de infinidad de músicos legendarios.
Sin embargo, la excepción confirma la regla y también irrumpió alguna biografía pura y dura como, por ejemplo, la primigenia apuesta-piloto rockera de la propia compañía, titulada ésta: Janis Joplin, enterrada viva y refractada la misma por su confidente Myra Friedman en 1973; con traducción de 475 páginas para Fundamentos en 1976, realizada Ppor Graciela Colombo y Mariano Aguirre.
Sin embargo, lo habitual con Espiral “Sección Rock” fue el serio asunto de las letras de canciones en formato bilingüe, que es lo que trataremos ahora con mayor detenimiento y como dije, comenzó ésto, en realidad, en el año 81.
Estas perlas escritas eran de tamaño 11,5 x 20,5, portada a color, entre 150 y 200 hojas (normalmente) y alguna que otra aislada imagen interior en blanco y negro.
Solían arrancar con una serie de prólogos muy instructivos donde, en muchas ocasiones, se exponía una síntesis de la historia del combo en cuestión o también un adelanto de las tendencias generales que seguían los significados de las melodías de tal o tal artista. Después, obvia y naturalmente, se pasaba a la obligada selección de temas con los párrafos y versos confrontados de ambos idiomas, en las páginas pares e impares.
En algunas ocasiones, se repetía el artista si su número de álbumes era muy extenso y si con un solamente tomo no bastaba. The Beatles llegó a acumular hasta 3 libros de este corte y también Jim Morrison arribó hasta esa cantidad, incluyendo sus poemas no musicados, siendo ambos los que más poseían en esta recopilación. Comentar que también existieron en “Espiral – Canciones” unos pocos tomos que reunían varios intérpretes, creando así una especie de antología con los más jugosos párrafos de cada uno de ellos.
Un primer inciso sobre las opcionales instrucciones de uso. Por aquellas épocas, en ocasiones escuchabas un LP mítico mientras mirabas las letras correspondientes que venían en estos pioneros libros o también leías sus líneas mientras tarareabas tú mismo y de memoria la canción correspondiente o sencillamente, las comprobaba uno dichas frases traducidas, por curiosidad, sin sonido y por el mero goce de la lectura.
Citaremos, por fin, a algunos de los más prominentes autores que formaron parte de todo aquel laborioso cometido y el primero al que hay que referirse sin falta es a Alberto Manzano que, a lo largo de varios lustros (en solitario o con la colaboración de otros autores) dirigió y nos ofreció la traducción de los temas de la propia Janis Joplin, los mencionados The Beatles, Paul Simon, George Moustaki, Elton John, Jim Morrison, Elvis Presley, Brian Ferry, Joy Division, Leo Ferré, Peter Gabriel, David Bowie, Dire Straits, Nick Cave, Led Zeppelin, Neil Young, The Smiths, J.J. Cale, Peter Hamill, Marianne Faithfull, Suzanne Vega, Bruce Springsteen o por supuesto, Leonard Cohen, muy amigo éste del propio Manzano.
Este reconocido autor barcelonés también tradujo y creó libros, para Fundamentos, donde aparecían varios músicos como antes se sugirió. Por ejemplo, los titulados Poetas malditos del rock (John Cale, Kevin Ayers, Elliot Murphy y Lewis Furey), Folk-pop femenino con la colaboración de David S. Mordoh (Suzanne VegaTanita Tikaram, Michelle ShockedSinead O´Connor y muchas más) y también Antología 1987 (sobre los propios Tom Waits, Springsteen, Suzanne Vega, Marianne Faithfull y Nick Cave, además de Tom Verlaine).
En definitiva y fraseado llanamente: Alberto Manzano se erige como todo un referente y un mito en la traducción rock (y más géneros) en España, sin duda y quizás, el más trascendente y prolífico en el seno de la Editorial Fundamentos, dentro el apartado musicómano que hoy tratamos, torno a recalcar.
Una autora a revindicar también es, sin duda, la editora de la propia Fundamentos como es Paula Serraller, la cual dirigió o fabricó ella misma el trabajo de transcripción con Jethro TullBon JoviNirvana, Pearl Jam, otro de Springsteen, Metallica, The Kinks, Bob MarleyVan MorrisonAbbaIron MaidenAC/DC, Kiss, The Police Sting.
Además, se ha de mencionar siempre a otras autoras y autores de esta colección “Canciones”.
Por ejemplo, Marta Olmos Gil en solitario, ejecutó la traslación al castellano de los discos de Blur Genesis (o también de Oasis o Simon y Garfunkel, ambos en armonía con la propia Paula Serraller).
Un segundo inciso ahora acerca de la fuerza femínea. Fundamentos es una editorial donde las mujeres adquieren especial protagonismo a través del holgadísimo elenco multitématico de la propia empresa (no solo en música sino en otros muchos terrenos literarios que promovió esta casa capitalina).
Luriano, Laura Cohen Y Rafael Martínez Castellote interpretaron en equipo el repertorio de Pink Floyd, donde el propio R.M. Castellote forjó una introducción épica y de magno lirismo acerca de Roger Watersy compañía. Así pues, lo considero uno de los mejores ejemplares de toda esta gama de la Editorial.
Ana María Martín Machado transcribió Simply Red, Isabel Marcillach y Maite Egoscozabal efectuaron lo propio con U2, Miguel Comamala con Prince (colaborador éste además en varios libros del propio Alberto Manzano), Isabel Cardona con The Cure (de nuevo, con el auxilio del incombustible Manzano), Domingo Corral con Phil Collins, Jaime Sánchez Ratia con Tracy Chapman, Pilar Calvo con Jacques Brel, Marisol De Membrillo con Queen (parte I), Carmen Domenech con Queen (parte II), Carlos Vergara con Jimi Hendrix, Alberto Cajal con Tom Waits, Raquel Vázquez con The Who y Green Day, Amparo Pérez con Creedence Cleawater Revival, Carlos Alvarez con Dylan (parte II), Ana María Romero con Charles Aznavour (siempre se hacía transposición de alguno que no era rock o también desde otro idioma que no fuese el inglés, en este caso el francés) o Micaela De Maza con The Verve.
Algún que otro traductor/a o colaborador/a adjunto más me dejé de mencionar pero ésto anterior ya ha constituido un ejemplo ilustrativo del numeroso personal que permaneció implicado, en mayor o menor medida desde 1981, en ese reto llamado “Espiral – Canciones” con su centena de maravillas editadas. Vaya este pequeño tributo, con su nombre en mayúsculas, para todos estos profesionales que trabajaron para este valiosísimo proyecto de Editorial Fundamentos, durante algo más de 20 años. Muchos melómanos derramamos nostalgia acerca de todos estos rockeros travases de alto nivel y en papel, los cuales nos marcaron positivamente durante dos décadas, ya consumidas las mismas.

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Andrés Calamaro adelanta un tema de su nuevo trabajo


“Verdades Afiladas”, canción/video adelanto de Cargar La Suerte, título del próximo trabajo de Andrés Calamaro, es el primero de los “doce pasos para los oyentes anónimos y adictos a la música”.
Una presentación rockera, con registros de “lírica ranchera” y un notable contrapunto de “canción y guitarra” (Rich Hinman) que advierte de un próximo disco con variedad, muchas guitarras, nuevos textos y todas las cartas que Andrés Calamaro guarda en la manga. Un menú de rock, combinación de sabores de la cocina tradicional del género con alardes de ingredientes de lujo de la alta cocina californiana.
Doce nuevas canciones de rock que confían en colmar las expectativas (por muchas o por muy pocas) que despierta un disco en un mundo que cambia demasiado deprisa.
Verdades Afiladas” es el adelanto de un álbum que viene a renovar credenciales a veinte años de Alta Suciedad y diez de La Lengua Popular. Cargar La Suerte… un título que evoca los aromas de lo auténtico. Una grabación exponencial producida por el, también ingeniero de grabaciones, Gustavo Borner.
Su vídeo es una obra de Diego Salpuridoque saluda el cine de Martin Scorsese y al legendario taxista Travis Brickley. Una canción visual que da a entender que la canción es parte de los pensamientos del circunspecto taxista interpretado por Andrés Calamaro. Video que cuenta con la participación del campeón mundial “Látigo” Coggi y Martin Coggi (hijo).
Andrés Calamaro al volante de un taxi, como de una nueva grabación registrada en diez días en los Estados Unidos.


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Brett Anderson (Suede) confirma segunda parte de sus memorias




Los fans de Suede están viviendo uno de los años más prolíficos de la carrera de su querida banda y de mayor generación de noticias. A la reciente publicación de su última obra, un The Blue Hour (Warner) que por derecho propio se encuentra entre los mejores álbumes de su carrera y confirma que el estado de forma del grupo desde que regresaran en su segunda etapa con los imprescindibles Bloodsports (2013) y Night Thoughs (2016).
A esto hay que sumar que el próximo 24 de noviembre se estrenará Suede: The Insatiable Ones, un documental con el que se conmemoran los 25 años desde que lanzaran su disco de debut, un film  dirigido por Mike Christie.
Este mismo año hemos podido disfrutar además, de Mañanas Negras Como el Carbónautobiografía de Brett Andersonque narraba el viaje que le llevó de su niñez en Haywards Heath practicando deportes, hasta llegar a convertirse en fundador y cantante de Suede.  Hoy mismo, la editorial Contra confirma que Anderson está escribiendo la segunda parte de sus memorias, cuya publicación está prevista para octubre de 2019 con el título de Afternoons With The Blinds Drawn (Tardes de Persianas Bajadas), y que esta editorial volverá a publicar.
Quedamos a la espera de más noticias de la banda británica escuchando uno de los temas de su nuevo trabajo.

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jueves, 27 de septiembre de 2018



Bunbury lanza un vídeo lleno de persecuciones para ‘En Bandeja de plata’


Enrique Bunbury finalizaba hace pocos días tras su paso por Gigante, su gira veraniega por nuestro país que le ha llevado a un buen número de festivales durante tres meses. Ahora pone rumbo a Guatemala, México, Europa y Estados Unidos para presentar las canciones de su último trabajo Expectativas.
Un disco del que acaba de extraerse un nuevo sencillo, el quinto, que llega tras “La Actitud Correcta”, “Parecemos Tontos”, “Cuna de Caín” y “La Constante”. Se trata de “En Bandeja de Plata” otra de las grandes canciones de la última referencia de Bunbury, que llega acompañado de un potente vídeo dirigido por el californiano Sergio Abuja, que propone una metáfora visual, protagonizada por el propio Enrique y cuatro personajes más, en una rueda de persecución infinita.

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Libro: ¿Quién cantará en tu entierro? – Juan Carlos León (Jot Down Books)



Cualquiera que haya asistido a un funeral últimamente, espero que seáis muy pocos aunque lamentablemente todos pasamos por ese trago en algunos momentos de nuestras vidas, sabe lo triste y desgarrador que es esa experiencia. También sabréis, por lo que vemos en películas y documentales, que no en todos los países es así. En algunos, como en México, la muerte se vive no sé si puedo decir como una fiesta, pero al menos con más naturalidad y menos dramatismo que en España y otros países de nuestro entorno. En los Estados Unidos, sobre todo entre la comunidad afroamericana, al menos si nos tenemos que fiar de lo que vemos en funerales de cantantes famosos y lo que nos transmite Hollywood, ocurre algo parecido. Allí tienen esa maravilla que se llama góspel, claro, y esos grandes cantantes soul que transmiten paz y vida con sus canciones. En el ámbito anglosajón es más habitual pensar en la música que podría sonar en tu propio funeral; aquí, de momento salvo entre los muy melómanos, solo la idea de poner música en un funeral resulta, siendo benévolos, una frikada.
Juan Carlos León, guitarra de la banda sevillana de garage The Smoggers, ha escrito un libro llamado ¿Quién cantará en tu entierro? que ha editado Jot Down. Tal como os podéis imaginar por su título, el libro habla del funeral de unos cincuenta músicos célebres, la música que sonó (o no) en sus funerales, las circunstancias y anécdotas que allí tuvieron lugar. Todo ello con un prólogo excelente obra de Carlos Zanón (quien despliega sus conocidas dotes literarias para finalmente acabar confesando cuál es la canción que le gustaría que sonara en su despedida de este mundo) y con algunas no menos espléndidas, aunque algo tétricas, ilustraciones obra de El Ciento (Antonio J. Moreno). El autor confiesa, en la introducción, que este ensayo nació tras leer 31 Canciones, de Nick Hornby, obra en la que el escritor británico revelaba cual era la canción que quería que sonara en su funeral: “Caravan”, de Van Morrison. Concretamente la versión del enorme disco en directo It’s Too Late To Stop Now. También comenta jocosamente la extraña situación que se produciría cuando, en medio de la canción, el irlandés empezara a presentar a su banda…
Portada del libro de Juan Carlos León
Desde Hank Williams hasta Chuck Berry, algo más de cincuenta funerales de otros tantos artistas pasan por las hojas de este pequeño pero entretenido libro. Lógicamente no están todos los grandes nombres que nos han ido dejando en estos últimos cincuenta años pero, como suele decirse, sí que son todos los que están: grandes figuras del jazz, el blues, el soul y otros estilos musicales como, además de los anteriormente mencionados, Dinah Washington, Sam Cooke, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Elvis Presley, Bob Marley, Marvin Gaye, Nina Simone, Johnny Cash, Phil Lynott, Chet Baker, Ian Dury, Carl Perkins, Mahalia Jackson, Clara Ward, Solomon Burke, Etta James, Professor Longhair o James Brown, entre otros. Un funeral este último, el del llamado padrino del funk, que fue retransmitido en directo para todo el mundo y que muchos guardamos en la memoria como un gran espectáculo. Como también lo fue el de Aretha Franklin, lamentablemente fallecida recientemente y que, lógicamente, no ha podido entrar en el libro. Tampoco entra el de Gram Parsons (más famoso por las circunstancias posteriores a su sepelio), aunque es protagonista colateral del de Clarence White.
El libro de Juan Carlos León, a pesar de su brevedad (no llega a las 150 páginas, con apenas dos o tres por artista), ofrece multitud de datos y anécdotas. Algunas ya muy conocidas, otras no tanto. Sabemos así que Big Bill Broonzy, en plena era de la segregación, quiso que su ataúd fuese portado por cuatro personas blancas y otras cuatro negras; que Janis Joplin dejó pagada una gran fiesta para que todos sus amigos se emborracharan; que Ian Durymanifestó su voluntad de tener un carruaje con la urna de cristal y caballos con penachos para su funeral, y así fue; que algunos músicos, como Junior Wells, eran enterrados con sus instrumentos (en este caso era sencillo, puesto que era armonicista); finalmente, que no todos los funerales de grandes artistas eran plácidos y armoniosos: que se lo digan a los familiares de James Brown o Chet Baker. Una anécdota final (no sé si esto puede considerarse spoiler) es que, a pesar de que en el momento de escribir estas líneas sigue vivito y coleando, un capítulo del libro está dedicado a Quincy Jones. A mediados de los 70 el genial productor y compositor fue intervenido de una serie de infartos cerebrales a vida o muerte con poca confianza por parte de todos, incluido el equipo médico, en que el paciente saliera con vida de la operación. Tanto es así que su funeral ya estaba preparado. Contra todo pronóstico, Quincy Jones despertó a tiempo para ver al reverendo Jesse Jackson preparado para darle la extremaunción. La fiesta ya estaba organizada y los amigos, entre ellos Ray Charles o Marvin Gaye, preparados, así que Quincy se convirtió en uno de los pocos seres humanos que han asistido a su propio memorial.
Aparte de conocer anécdotas y datos, es un ejercicio interesante y muy instructivo para el lector más melómano repasar las canciones que sonaron en todos esos funerales. Por supuesto los espirituales se llevan la palma, con temas como “Amazing grace” o “Just a closer walk with thee” como los más socorridos, pero en muchos casos eran los propios éxitos de la persona fallecida, o sus canciones preferidas: en el de Johnny Cash sonó el “Every grain of sand” de Dylan, en el de Kirsty McColl lo hizo “Good vibrations” de los Beach Boys, en el de Marley se cantó el “Amen” de Curtis Mayfield (uno de los grandes ídolos del jamaicano) y “Will the circle be unbroken” en el de Duane Allman. También resulta curioso echar un vistazo a los nombres de los reverendos que oficiaron muchas de las ceremonias: ahí están casi siempre, según la época, Jesse JacksonJohn Garcia Gensel (que, por cierto, es el personaje que ocupa la portada) o C. L. Franklin, el padre de Aretha Franklin, cuya voz se pudo escuchar desde muy joven en más de una de esas ceremonias.
Un libro ameno y de entretenida lectura, a pesar de la aparente seriedad del tema tratado.

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